domingo, 24 de abril de 2011

El ayuntamiento detalla la ruina del Lluís Sitjar

El informe técnico redactado por Cort no deja lugar a dudas: el estadio Lluís Sitjar sufre graves problemas estructurales en forjados, pórticos y pilares, así como en muros de carga, gradas y foso. Su demolición costaría 324.000 euros y su recuperación y consolidación, sin embellecimiento alguno, 5,2 millones de euros, 2,1 millones más del valor estimado del edificio, lo que permite a los redactores del informe decretar su ruina económica.
El pormenorizado texto ha sido adjuntado a los copropietarios del Lluís Sitjar junto a la notificación del inicio del expediente de ruina que ha iniciado el Ayuntamiento, lo que tras la fase de alegaciones obligará a los copropietarios del edificio a demoler el inmueble y correr con todos los gastos de la obra.
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En el capítulo de forjados, la inspección técnica detecta en el viejo campo de fútbol viguetas que han perdido su recubrimiento cerámico, oxidadas y con considerable merma de su capacidad portante, lo que ha provocado el derrumbe de una franja de ocho metros de la grada que da a la Avenida Doctor Gómez Ulla, además de humedades, armaduras al descubierto y mal estado de las uniones de los forjados.
En pórticos y pilares, el informe observa fisuras y desconchados, así como algún movimiento estructural. Y señala que en uno de los pilares de la grada Oeste la armadura se encuentra a punto de romperse, debido a la gran pérdida de su sección por corrosión.
Los muros de carga del estadio que vio jugar al Mallorca no se encuentran tampoco en mejor estado. Existe una estructura inicial a base de muros de carga de ladrillo macizo que a día de hoy han perdido una parte importante de su resistencia, pues el material cerámico se va disgregando en la base del muro hasta una altura de un metro aproximadamente y queda tan sólo el mortero de las juntas de las piezas. Es lo que ocurre, por ejemplo, en la parte inferior de la grada Oeste, en la que se ha reforzado el forjado inicial a base de perfiles metálicos.
En cuanto al graderío, se puede apreciar su considerable deterioro en la vista general que ofrece el acceso de la plaza Barcelona. Parte de los asientos de plástico dispuestos sobre los peldaños no están fijados. Las gradas se encuentran llenas de escombros de los pretiles que las dividían por zonas y algunas de ellas carecen ya incluso de barandilla de protección.
Por su parte, el foso perimetral que rodea el antiguo terreno de juego, formado por muros de contención de hormigón armado, construido con la reforma del año 1983, manifiesta serios problemas de estabilidad, según se detalla en el informe técnico de Cort. Es otro de los elementos del estadio que precisa una reparación.
El informe solo atiende al estado de conservación del edificio y no se centra en otros aspectos como las condiciones de salubridad en la que se encuentra y cómo éstas afectan a los vecinos.

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