viernes, 10 de junio de 2011

Un derrumbe que no causó heridos deja en ruinas una casa en San Roque

Técnicos municipales y de la empresa que realizó en 2010 la inspección obligatoria del edificio número 48 de la calle San Roque se reúnen esta mañana para estudiar la declaración de ruina de esta casa, cuya parte trasera se desplomó en la madrugada del lunes al martes sin causar daños personales, al tratarse de un edificio deshabitado.
La delegada de urbanismo, María Novo, declaró que una vez vistos los daños provocados en la estructura del inmueble por el derrumbe, «el arquitecto municipal dice que procede la declaración de ruina», aunque añadió que no se tomará una decisión hasta ver el informe definitivo del estado en el que quedó este edificio y los colindantes.
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Novo se trasladó a primera hora de la mañana de ayer junto con el concejal de protección de la comunidad, José Rábade, hasta el edificio derruido, en cuyo solar anexo, el número 50, hubo en su día una casa que fue demolida y en donde ahora se estaban realizando obras de excavación. Estos trabajos, según los técnicos, podrían haber sido los causantes del derrumbe.
De la misma opinión es Jesús López, marido de la propietaria de la casa afectada, quien declaró que ya había advertido en su día al constructor de la obra contigua de la necesidad de apuntalar no solo la parte delantera sino también la posterior. «Non fixo caso», se lamenta López, quien confirmó que las características del edificio, que calcula tiene 150 años de antigüedad, hacían necesarias medidas de protección durante las obras en el solar anexo.
Por su parte, María Novo aclaró que el inmueble que sufrió los desperfectos superó el pasado año la Inspección Técnica de Edificios (ITE) y aunque sobre la casa pesó en su día una «orden de ejecución de obras», dejó de estar en vigor en 2003.
Pese que hasta la casa se desplazó a primera hora de la mañana una unidad de la Patrulla Verde de la Policía Local, no fue necesario acordonar la zona ni cortar el tráfico en la calle, puesto que el derrumbamiento no causó la caída de cascotes a la vía.
Al edificio afectado, que tiene dos plantas con más de 200 metros cuadrados de superficie cada una, le había sido tapiada la entrada por sus propietarios después de haber sido ocupada en varias ocasiones por desconocidos. «Tiñan colchóns e roupa e malia que chegamos a poñer ferros nas portas, viñan con patas de cabra e tiraban con todo, polo que decidimos tapiar», comenta Jesús López, quien advierte de que se hubiera podido producir una tragedia en caso de no haber adoptado estas medidas.
Los propietarios de la casa derrumbada podrían exigir una indemnización a los dueños del número 50 si finalmente se demuestra que las obras en este solar causaron el desplome.

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