domingo, 16 de octubre de 2011

1986 La Cárcel Real espera su rehabilitación desde hace 14 años

Cádiz
La Cárcel Real, una de las mejores muestras de la arquitectura neoclásica de Cádiz, espera desde hace catorce años su rehabilitación. El edificio se ha convertido en un escondite idóneo, utilizado por drogadictos y delincuentes de todo tipo.

En los últimos años tres ministerios han tenido competencia sobre este magnífico establecimiento. Cultura, Educación y Ciencia y Justicia se han turnado a la hora de restaurar la Cárcel Real, que parece destinada a sede de la Audiencia Provincial.

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El Ministerio de Justicia se hizo cargo el pasado año de la rehabilitación de la Cárcel, elaborando un proyecto que salió a concurso. La restauración se vio truncada por quiebra de la empresa constructora. El alcalde de Cádiz, Carlos Díaz, ha escrito reiteradamente a Justicia solicitando el arreglo urgente de la situación, ya que el edificio cada día está más deteriorado y será más costosa su rehabilitación.

La Posada de l´Estorell recupera su color

Palma de Mallorca
Desde que el abuelo materno de los Calafat Roca, Juan Roca Deyà, comprase en 1947 la conocida como Posada de l´Estorell, en la calle Morey, la familia no ha abandonado una casa catalogada que ahora está en obras con el objeto de recuperar su fachada. Joan Morey, arquitecto y decano del Colegio de Arquitectos, firma una restauración "no estructural", y obligada para cumplir la normativa de la Inspección Técnica de Edificios (ITE). Sólo han contado con un pequeño porcentaje de ayuda institucional, pero han decidido lavar cara y otras partes de esta noble casa "para que quede decente en todo el barrio", subraya Luz Calafat, nieta de Roca Deyà.
El problema de humedades en la casa obligó a iniciar las obras, responsabilidad de la empresa Restaurotec. David Valdés, historiador de arte, muestra restos del color original de la casa, un tono siena que ahora ya se aprecia al quitar los andamios de la planta superior tras dos meses de trabajo. Joan Morey destaca que estamos antes una obra menor y no una que garantice la seguridad estructural de la casa porque está en "muy buenas condiciones".
El edificio, que en su origen ocupó toda la manzana de Pureza hasta llegar a la calle Pont i Vich, ha recuperado el color del mortero original. "La cornisa estaba revestida con mortero de cal y al empezar a picar salió la piedra de marés de muy buena calidad", señala Valdés mostrando la división que aún se percibe en la fachada del inmueble cuando quedó dividido en dos edificios. "En vez de igualar tonos, hemos dejado que se vea como criterio de intervención", añade el historiador del arte.

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Los cables de la fachada no van a poder enterrarse aunque se intentará suavizar su efecto negativo sobre el edificio. "Si coincide con obra pública, la compañía eléctrica no suele poner trabas, pero si es obra en edificios privados sí", explica el arquitecto Morey. Los cables se llevarán encima de la ménsula.
Otro de los trabajos que se han llevado a cabo en esta restauración es la recuperación del escudo de los Pacs-Fuster, visible en la fachada y también en los portales renacentistas de los estudios. En el escudo se ve la estrella de los Fuster y la luna de los Pacs.
Se han cambiado las canales aunque se han mantenido el mismo ritmo. Los trabajos en el patio de la casa han sido de mantenimiento. Prevén concluir las obras a finales de septiembre.

Orígenes
El abuelo de Luz Calafat vivía en la zona de la muralla antes de adquirir la conocida como Posada de l´Estorell a Francisco Qués. El origen, sin embargo, se remonta seis siglos atrás. En el solar donde está la casa se ubicó un edificio gótico de los Morey lo que acabaría por ceder el nombre a la calle. Una nota trágica da cuenta de la ejecución del caballero Bernat Morey. Piferrer-Quadrado detalla en 1888: "Dio nombre a la calle la casa de esta familia en la cual le sucedió la de Pachs-Fuster, y es hoy la del conde de Ayamans. No se ha averiguado hasta aquí la causa de tan rigurosa sentencia".
El nombre de Posada de l´Estorell procede de cuando Felip Fuster, señor de Estorell, compró la casa a Joanot Morey en 1531. Dieciocho años después se reformó el edificio aportando detalles renacentistas de gran valor artístico. La nota histórica recuerda que el Comte Mal heredó la casa de sus padres Asbert de Pax Fuster y Uniça Fuster i Fuster. A mediados del siglo XVIII pasó a ser propiedad de los condes de Ayamans.
La belleza del edificio y de algunos de sus elementos góticos y renacentistas alcanzaron la mirada y la pluma del archiduque Luis Salvador a quien no le importó distinguirla como "una de las casas más bellas de Palma".
Aún perviven los ángeles en los capiteles de las columnas del patio. Sobreviven dos portales neogóticos en la parte derecha. En 1880, sin embargo, y tras una reforma, la Posada de l´Estorell perdió columnas, artesonados, escaleras. El anticuario José Costa los compró y viajaron a Estados Unidos. Para no volver.

El propietario del 'Lazareto' de Abaño dona el edificio a la villa de San Vicente

El Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera y el propietario del 'Lazareto' de Abaño han llegado a un acuerdo por el que el dueño de la singular construcción -un antiguo hospital de leprosos- dona su propiedad al Consistorio, con el fin de que este excepcional conjunto medieval de extraordinario valor histórico y patrimonial salve una situación de abandono que podría suponer la pérdida irreparable de un conjunto que data del año 1232 y que atesora elementos de incalculable valor.
Declarado Bien de Interés Local, el edificio pertenece a un empresario residente en Estados Unidos y forma parte de una amplia propiedad de terrenos en la que el dueño proyectaba ejecutar un proyecto urbanístico que no se ha podido desarrollar por las limitaciones urbanísticas de San Vicente.
 
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El estado de ruina en el que ya se encontraba el conjunto, y el inexorable paso del tiempo sin que se haya realizado ninguna actuación, ha llevado a que la construcción haya sufrido en los últimos años un grave deterioro que amenazaba la ruina definitiva, por lo que destacadas personalidades del mundo de la cultura y del patrimonio regional habían dado la voz de alarma sobre su situación.
En este tiempo, el Ayuntamiento de San Vicente había requerido al propietario para que actuase para garantizar el mantenimiento de su patrimonio, lo que empujó al dueño, finalmente, a donar su propiedad al Consistorio.
Este acuerdo se plasmará próximamente en un documento con el fin de que el Ayuntamiento pueda actuar con urgencia para garantizar, mediante su cierre, los bienes de dicho inmueble, y ejecutar luego de eso un proyecto de rehabilitación en el que se confía en involucrar a otras administraciones.
El conjunto se encuentra entre los pueblos de Abaño y La Acebosa, a apenas 2 kilómetros de la villa. Está formado por una amplia edificación y por la antigua capilla de San Lázaro, de la cual se conservan tanto las paredes como la puerta ligeramente apuntada y con bóveda de crucería que forma parte de la construcción del antiguo hospital, hecho por el cual este enclave puede considerarse como una de las primeras manifestaciones del gótico de Cantabria.
 
Excepcionales pinturas
Hace una década, al desprenderse parte de las capas de cal que se daban a las edificaciones que acogían las residencias para los leprosos, aparecieron unas vistosas pinturas formadas por dos barcos, un friso ajedrezado, diversos rosetones y una gran cruz sobre el altar, todas ellas realizadas en pintura roja sobre la blanca cal.
Estas pinturas atesoran un gran valor, especialmente la de los barcos, según reconoce el ex director del Museo Marítimo del Cantábrico, José Luis Casado Soto, quien considera que constituyen un testimonio único de las tipologías navales que protagonizaron la expansión oceánica ibérica. «El gran tamaño de los barcos, uno de 2,5 metros y el otro de 1,20, junto al extraordinario detalle con el que están pintados, los convierten en ejemplares sin parangón en todo el Cantábrico», reconoce Casado Soto, que recuerda que dichos barcos hicieron posible la era de los grandes descubrimientos geográficos así como la gran expansión europea de la modernidad.
 
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A todo lo anterior, de gran valor, se une el hecho de que el edificio está considerado como uno de los hospitales mejor documentados de su época, gracias a diversos trabajos de investigación que han permitido sacar a la luz diversos documentos de gran valor.
 
Repaso histórico
En 1232 se reunieron el regidor de la villa y los abades y regidores de 26 concejos del extremo occidental de las Asturias de Santillana para fundar la Cofradía en la Malatería de Abaño.
Dos meses después, un matrimonio de potentados de la época, Pedro Juanes y su esposa doña Yllana, donaron a la recién creada Cofradía tierras, casas, iglesia horreos y ganado para garantizar el sostenimiento de dicha Malatería, que se organizó desde sus inicios a modo de orden religioso.
La orden cumplió su función de dar acogida a los leprosos de la comarca hasta pocos años después de la Guerra de la Independencia. Sin embargo, sus bienes cumplieron una gran labor social final, ya que fueron destinados para el sostenimiento de la escuela de primeras letras de la villa de San Vicente, tal y como fijó la Comisión de instrucción Primaria de la villa por Real Orden del 28 de marzo de 1845. Queda en manos del Ayuntamiento recuperar tanta historia.

La reconstrución de Los Rosales echa a andar

La esperada y necesaria rehabilitación del barrio de Los Rosales, en El Palmar, ha echado a andar con la entrega, por parte de los vecinos, del primer centenar de viviendas para que se arreglen las estructuras, las cubiertas y los saneamientos de los inmuebles.

Este barrio, en el que viven alrededor de unas 6.000 personas, es uno de los más degradados del municipio y ha sido declarado Área de Rehabilitación Integral (ARI). Esta catalogación propicia que vaya a ser objeto de una profunda reestructuración en la que intervendrán el Gobierno central, la Comunidad Autónoma y el ayuntamiento de Murcia. «Las muchas reuniones mantenidas con responsables de vivienda de las tres administraciones por fin van a dar sus frutos y la prueba es que ya hemos entregado los primeros bloques para que comiencen con ellos», explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Los Rosales, Juan Luis Jiménez.

Estos edificios de tres alturas y varios dúplex se encuentran en la calle Los girasoles y aledañas, aunque no ha sido fácil convencer a sus propietarios «porque, aunque recibimos ayudas por parte de la Administración, que pone un 75% del importe, el 25% restante lo tienen que poner los vecinos y eso supondrá en torno a 1.000 euros de media», comenta Juan Martínez, secretario de la asociación vecinal, quien informa de que están «en contacto» con entidades bancarias «para que nos den un préstamo a bajo interés».

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Jiménez corrobora las palabras de su compañero y reconoce que «es muy complicado poner de acuerdo a los vecinos, pues no tienen una situación muy boyante, porque nunca la han tenido y ahora, con las crisis, menos todavía».

El presidente de este colectivo apunta que a continuación se irán entregando el resto de edificios en los que se distribuyen las aproximadamente 1.500 viviendas que hay en el barrio y que necesitan «todas ellas» una rehabilitación integral. «Son bloques que fueron construidos hace casi 40 años y no se han arreglado en ningún momento, por lo que es normal que presenten serias deficiencias», comenta.

Ya se han llevado a cabo acciones puntuales, como la de acondicionar las pistas polideportivas e instalar juegos infantiles, en las que el Ayuntamiento invirtió unos 150.000 euros, y existe el compromiso de colocar aparatos de gerontogimnasia para que las personas mayores puedan hacer ejercicios en el parque.

Sin embargo, lo principal es «entrar a fondo» en las casas. Hay dúplex, bajos, viviendas sobre bajos comerciales y bloques de tres y cuatro plantas, sobre los que habrá que incidir a la hora de reforzar la estructura, que afecta a las escaleras; a sus tejados, seriamente deteriorados en un 95% de los casos; y a las bajantes de agua, el problema del que más se quejan los vecinos «porque los malos olores son constantes y los atranques también», señala Juan Martínez mientras pasea por el barrio con LA OPINIÓN. «Estamos hablando de un problema que no es tanto de seguridad como de higiene, pues las alcantarillas también están fatal», añade.

La ayuda de los tres gobiernos es vital para recuperar una zona que suele aparecer en los periódicos por cuestiones «poco agradables», pero que como una vecina asegura tuvo sus épocas mejores. «Estamos en la mejor zona de Murcia, al lado del Valle, pero el barrio ya no es lo que era y necesita una rehabilitación profunda, aunque aquí hay buena gente», asegura Carmen España al recordar que en Los Rosales no todo son espinas.

Las tejas de la capilla de Santa Marta se pondrán a la venta

Vila Joiosa (Alicante)


En enero de 2010 el párroco de la iglesia de la Asunción de La Vila Joiosa, Juan José Ortega, alertó ante el deterioro que sufría la estructura del templo, declarado Bien de Interés Cultural por la Generalitat Valenciana, al ser la única iglesia-fortaleza del siglo XVI de toda la Comunidad Valenciana. Las grietas en sus gruesos muros, en su tejado y en su torre indicaban que podría suceder un desenlace fatal: su derrumbe. El deficiente estado de su estructura también suponía un riesgo de colapso incluso para la bóveda de la capilla de Santa Marta, patrona del municipio, que no ha sido restaurada en más de 50 años pese a que durante las fiestas de Moros y Cristianos, más de 4.000 vileros acuden a ella para mostrarle su devoción.

Ante esta circunstancia, el párroco apostó por movilizar a sus feligreses y pedir subvenciones a las diferentes administraciones para poder afrontar una rehabilitación urgente de la parroquia. Con la crisis, fueron cero las ayudas logradas de la Administración, pero el capital conseguido de las pequeñas aportaciones dadas a la causa por sus parroquianos y vecinos, "a excepción de un par de donaciones más fuertes", y una consignación del Obispado de Alicante, lograron reunir cerca de 30.000 euroa para poder acometer las obras más urgentes en el tejado del templo, que comenzaron a ejecutarse a comienzos de mes. La CAM también se sumó a la causa y aportó fondos para restaurar el interior de la capilla de Santa Marta, actuación durante la cual se descubrió un sillar romano que pudo haber formado parte de la cimentación de uno de los monumentos del foro de la ciudad.

Ahora, para que la actuación sea completa, pondrá a la venta las tejas azules de la cúpula de la capilla (que se mantienen medio sueltas y viejas) para recaudar fondos para su rehabilitación exterior. "Tenerla estupenda por dentro, y que se deteriore por las humedades y goteras, es algo que no podemos dejar que ocurra", explicó. Así, el párroco, llegado apenas hace dos años a La Vila, está dispuesto a dejar la vieja iglesia-fortaleza en las mejores condiciones que lo ha estado durante siglos. "En su día, en la Edad Media, la gente encontró refugio entre sus muros, hoy son sus muros los que necesitan ayuda", apuntó el cura.
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Sabe que su movilización para restaurar un edificio que es patrimonio de la Iglesia tiene sus detractores, más cuando el Obispado está pagando la construcción de una costosa nueva parroquia a la entrada de la población. Pero eso no es óbice para creer que su objetivo es posible. "La nueva parroquia tendrá espacio para Cáritas, será más moderna, accesible... pero esto, no es sólo una iglesia, es un monumento que pertenece a todos".

Por ello, enfatiza su agradecimiento a los feligreses que han dado al cestillo para las obras. "Sobre todo, gente humilde". También agradece las donaciones, aportadas por vecinos del casco antiguo que, sean o no creyentes, y aunque nunca acudan a misa, han dado también algo para la restauración del templo, bien de forma directa, en la iglesia, o en las huchas que durante meses han estado en pequeños comercios de la zona. Gracias a ello, el comienzo de las obras este agosto ha sido posible.
Las mismas consistirán en arreglar las deficiencias más graves de la fortaleza. Según explicó el párroco, éstas se encuentran en el denominado "paseo de ronda", tejado y torre, y las medidas dispuestas forman parte de un proyecto de restauración integral redactado por la Universidad de Alicante en 2009.

Así, el proyecto total, por el momento, no se acometerá, sino sólo lo urgente. De no hacerse, con colapso o sin él la iglesia tendría que cerrar sus puertas temporalmente a tenor del resultado de la Inspección Técnica del Edificio que ha tenido que pasar como el igual que el resto de inmuebles del casco antiguo. "Hemos pedido una moratoria para ejecutar lo que la inspección dice, arreglando ya los aspectos más urgentes", explicó Ortega.

La Universidad de Alicante también ha redactado el proyecto básico de ejecución para reparar la capilla de Santa Marta por fuera. El mismo ha tenido un coste de 1.600 euros, pagados por la parroquia. El coste total de la obra es de 36.870 euros. La licencia para su ejecución ya ha sido solicitada a la Conselleria, que es donde corresponde al tratarse de un Bien de Interés Cultural; y a partir de septiembre, el párroco comenzará a tramitar las solicitudes para intentar obtener subvenciones, de nuevo, de todas las instituciones.
"Ahora no tenemos dinero para restaurarla, pero no podemos esperar. Los trámites son largos, autorizaciones, licencias, etc". En el proyecto de la capilla, cuya dirección de obra corre a cargo del arquitecto de la Universidad de Alicante Miguel Louis se incluye el levantamiento de las cejas de cerámica (muchas de las cuales no son las antiguas sino de peor calidad por una restauración deficiente en la década de los 60); revestimiento en las paredes exteriores; sellado de grietas; y restauración de pintura y sillería en la cubierta.
Por el momento, también antes de fin de año, pondrá en venta las tejas azules de la capilla de Santa Marta, enmarcadas, para que todo aquel que colabore con la causa pueda mostrarlo en las paredes de sus casas.

Una idea llegada de San Jaime y Santa Ana

La idea de cubrir costes mediante la venta de las tejas que hasta la fecha han dado cobijo a la santa de La Vila llega de Benidorm, y por eso, incluso la elección de la empresa que realizará los trabajos será la misma, según confirmó el párroco. Eso sí, lo que aún no sabe es si, al igual que ocurrió en Benidorm, la parroquia vilera podrá contar con fondos del Ayuntamiento y de la Consellería de Cultura para poder hacer frente a los arreglos. De momento, según destacó Ortega, al menos del Ayuntamiento recibe apoyo en lo que se refiere a licencias y asesoramiento, aunque no de fondos. Por otra parte, sabe que contar con fodos de la Consellería podría acaerrar problemas a la hora de pagar a la empresa, como ya pasó en Benidorm. Allí, el párroco de San Jaime y Santa Ana tuvo que poner colorada a la exconsellera de Cultura en plena campaña ante el impago del capital que se comprometió a sufragar.