Adjudicada la dirección de la segunda fase de la restauración de las fachadas del Ayuntamiento de Sevilla.

El Patronato del Real Alcázar y de la Casa Consistorial de Sevilla ha adjudicado a la Fundación de Investigación de la Universidad hispalense, por un importe total de 29.000 euros, la redacción del proyecto, estudio básico de seguridad y dirección de obras correspondientes a la segunda fase de la restauración de la fachada de la casa consistorial. En enero del año en curso, como se recordará, finalizaba la rehabilitación integral del arquillo y la fachada sur del monumento renacentista, de estilo plateresco, que alberga la sede institucional del Ayuntamiento hispalense.

 Según un documento que firma el 14 de noviembre el jefe de sección del Patronato del Real Alcázar, José Rodríguez Cejudo, y al que tuvo acceso Europa Press, esta adjudicación resuelve un procedimiento negociado sin publicidad al que fueron invitados tres arquitectos y este organismo de la Universidad de Sevilla. En concreto, el fallo de la adjudicación se personifica en la arquitecta María Dolores Robador González, perteneciente al grupo de investigación Diseño y Técnica de la Facultad de Arquitectura de la Hispalense.

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Una arquitecta con experiencia en el ayuntamiento.

La arquitecta María Dolores Robador González, de hecho ha participado ya en labores de investigación y dirección de obras en actuaciones de restauración acometidas en la sala capitular, la escalera, bóvedas y cúpula de la casa consistorial, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Es más, ella misma dirigió las labores de restauración finalizadas en enero, con un presupuesto de 174.585,2 euros, sobre el arquillo del Ayuntamiento de Sevilla y la fachada sur del monumento.

   Sobre este edificio, icono del estilo plateresco, cabe recordar que cada una de sus fachadas paramento está compuesta por dos plantas, si bien en el cuerpo del arquillo existe una tercera añadida en el siglo XIX y coronada por una balaustrada sobre la cornisa merced al proyecto de Demetrio de los Ríos. El arquillo, de hecho, es un vestigio del antiguo convento de San Francisco, derribado en el siglo XIX. En ese sentido, la construcción primigenia del siglo XVI fue incorporada al nuevo edificio municipal de estilo neoclásico según un proyecto aprobado con fecha 15 de diciembre de 1850 y diseñado por Balbino Marrón.

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