jueves, 29 de diciembre de 2011

La rehabilitación de viviendas de La Palma-Palmilla se queda coja. Málaga

La rehabilitación de los bloques de viviendas de La Palma-Palmilla cada vez se parece más a una obra faraónica, aunque no tanto por las dimensiones del proyecto como por el tiempo que se está empleando en su ejecución. Ocho años lleva el Ayuntamiento de Málaga sobre el terreno, el doble de lo inicialmente previsto, y todo apunta a que aún quedan muchas hojas del calendario por arrancar antes de que los 88 edificios de la barriada (con un total de 3.067 viviendas) luzcan en su conjunto una imagen completamente recuperada. A día de hoy, 67 ya lo hacen y otros siete lo harán en unos diez meses, cuando concluyan los trabajos que hace unas semanas comenzaron en la zona de Huerta La Palma. Más lejano se presenta el horizonte para los 14 bloques restantes debido a que todavía no reúnen el requisito indispensable para ser incluidos en el plan: que los vecinos se constituyan legalmente en comunidades de propietarios y, luego, que tengan la capacidad para aportar el 10% del presupuesto que les corresponde, ya que el resto corre por cuenta del Instituto Municipal de la Vivienda (IVM).
Estos 14 edificios, precisamente los que presentan un mayor deterioro, se encuentran en La Virreina y 26 de Febrero, con la dificultad añadida de la ocupación irregular de buena parte de las 278 viviendas afectadas, que hacen prácticamente imposible la formalización de las comunidades de propietarios. «En muchas casos, el problema está en cuestiones de índole jurídica y legal porque faltan documentos que acrediten la propiedad de los pisos, una situación que complica la constitución de las comunidades y que, a su vez, dificulta la interlocución con la Administración», asegura José Montes, portavoz del plan comunitario Proyecto Hogar para la dinamización social y económica de La Palma-Palmilla. Precisamente esta plataforma ha asumido como propia la tarea de convencer a los vecinos para que se constituyan en comunidad, una labor en la que también están volcados los trabajadores sociales y responsables del distrito municipal.
Sin plazos
Ante este panorama, desde el Ayuntamiento no se atreven a hablar de plazos, puesto que el comienzo de la reparación de un edificio no depende del Instituto Municipal de la Vivienda, sino de las comunidades de propietarios que tienen que realizar su aportación. Aun así, mantienen el compromiso de culminar el plan. «No tenemos ningún problema de financiación, únicamente estamos pendientes de que los vecinos cumplan su parte del acuerdo, porque consideramos que es la única manera de comprometerles para que vean que las cosas cuestan dinero y hay que cuidarlas», afirma el delegado municipal de Ordenación del Territorio y Vivienda, Diego Maldonado.
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Una vez salvado ese trámite, el siguiente sería que los vecinos hagan el esfuerzo económico, tal y como quedó plasmado en el acuerdo alcanzado con la Junta de Andalucía en virtud del cual la Administración local asumiría la rehabilitación de La Palma-Palmilla, mientras que a la autonómica le correspondería el arreglo de la barriada de Las Flores (ya culminada) y tres áreas del Centro (Ollerías, Madre de Dios y Victoria), que todavía siguen en el alero.
En este punto, Maldonado se mostró especialmente crítico con la «tímida y deficitaria» actuación de la Consejería de Obras Públicas en materia de rehabilitación, poniendo como ejemplo la de la barriada de Los Arcos, en Ciudad Jardín, cuya puesta en marcha lleva más de dos años paralizada por falta de liquidez. «Como ocurre con la construcción de VPO, en este ámbito casi toda la actividad recae en el Ayuntamiento», recalca el edil, quien recuerda la apuesta municipal de retomar las ayudas a la rehabilitación para empresas, particulares y comunidades de propietarios tras dos años de paréntesis por falta de presupuesto.
La actuación en La Palma-Palmilla consiste en un completo lavado de cara de los inmuebles que abarca desde la pintura de la fachada hasta la impermeabilización de las cubiertas, pasando por la mejora de las escaleras y entreplantas, renovación de los ascensores y la instalación de contadores de electricidad.
Según los datos facilitados por el Ayuntamiento, hasta la fecha se han invertido 12,1 millones de euros, un montante superior al inicialmente contemplado debido a que en el momento de acometer los trabajos, el nivel de degradación que presentaban los inmuebles era mucho mayor del que figuraba cuando se redactaron los proyectos.
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