lunes, 16 de enero de 2012

La restauración de Santa María comienza tras seis años de parón. Cádiz

Llega tarde, para una primera fase exterior y tras un camino de espinos que hunde sus raíces seis años atrás. Pero llega y eso ya es bastante para una joya del barroco abandonada a su suerte desde 2005. El convento de Santa María encarará en los próximos días su primera intervención de restauración gracias a la Asociación Amigos de Santa María y a la propia comunidad de concepcionistas que residían en el edificio antes de su traslado al monasterio de La Piedad. En concreto, la asociación ya ha redactado y entregado el proyecto de restauración de las fachadas del convento más cercanas a la iglesia.
En concreto, en estos primeros trabajos, ya gestionados e impulsados por la entidad, se centrarán en las fachadas de la calle Mirador (el exterior de la sacristía) y de Santa María (donde se encuentran unas dependencias usadas por la cofradía del Nazareno). La intervención viene motivada por los dos requerimientos de ornato que el Ayuntamiento ha interpuesto contra las religiosas para que restauraran estos exteriores degradados.
De esta forma, el proyecto contempla la resanación de los muros, afectados por la humedad, y el recubrimiento de la fachada de Mirador con un mortero especial que ponga fin a la degradada situación de las fachadas que dan a esta vía. En concreto, se recubrirá todo el exterior que en este momento muestra los sillares de piedra ostionera descarnados. «En estos momentos ya está pendiente de Urbanismo del Ayuntamiento para que nos conceda la licencia de obras», explicó a este medio el presidente de Amigos de Santa María, Antonio Jiménez.
Además, la asociación ya ha pedido tres presupuestos diferentes a distintas empresas especializadas para lo que será la primera intervención en el convento. Igualmente, la entidad ya ha pedido a Cultura los permisos necesarios para actuar sobre los muros de un edificio declarado Bien de Interés Cultural. La restauración de las fachadas llega justo en el momento en el que la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento aprobara la imposición de una multa coercitiva por incumplimiento de órdenes de ejecución de obras de seguridad en el convento.
La asociación ha decidido poner en marcha la actuación en esta zona del edificio tras no recibir respuesta de una reunión que pidió con la alcaldesa meses atrás. «En vista de que no nos atiende, hemos decidido comenzar con las obras», explicó el presidente. En cualquier caso, desde la entidad esperan poder establecer una colaboración fluida con el Consistorio de cara a próximas acciones.
De hecho, de forma paralela, el equipo técnico de Amigos de Santa María (integrado por arquitectos, aparejadores o historiadores del arte) continúa elaborando el proyecto de lo que supondrá la primera gran fase de rehabilitación del convento. Una restauración que contempla la puesta en valor de los primeros 800 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, del total de 3.000 metros que posee el edificio. Eso haría posible que las monjas pudieran regresar al monasterio después de seis años de realojo en el otro convento de la comunidad concepcionista.
Para financiar esta primera gran intervención, la entidad sigue buscando a donantes particulares o de empresas. En este sentido, Amigos de Santa María está a punto de comenzar (una vez obtenga el CIF necesario) su campaña de captación de socios por una cuota de dos euros al mes. Igualmente, mantiene su campaña de búsqueda de puntales entre las empresas de construcción, necesarios para asegurar la conservación de los forjados más delicados del edificio. En total, la entidad necesita 300 puntales, de los cuales unos 30 se hacen especialmente urgentes para asegurar la zona del refectorio.
De momento, en la asociación y la comunidad se afronta con ilusión esta primera intervención en las fachadas, mientras aguardan poder hacer posible la vuelta de las monjas a medio plazo. Acciones que desde la entidad esperan que también sirvan para que el Ayuntamiento desestime su intención de expropiar el monasterio ante la situación de dejadez que mostraba el edificio y que ya se comienza a subsanar.
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