martes, 14 de febrero de 2012

La presencia de casas ruinosas obliga a cortar cinco calles del Centro Histórico en medio año. Teruel

El galopante deterioro arquitectónico del Centro Histórico de Teruel ha obligado a cortar temporalmente cinco calles en medio año para evitar el peligro de desprendimientos o derrumbamientos de edificios ruinosos. Aunque el Ayuntamiento anunció la elaboración de un censo de edificios en mal estado tras el corte de la céntrica calle de Tozal a finales de mayo por la caída de cascotes desde una finca, la medida no se ha puesto en marcha y podría demorarse hasta la implantación de la inspección técnica de todas las viviendas con más de 50 años de existencia, prevista para 2012.
Al corte de la calle del Tozal por el mal estado de una vivienda han sucedido los cierres de las calles Tomás Nougués, Alcañiz, San Miguel y Rincón. Los cinco por la misma causa: el riesgo de accidentes por la presencia de casas en ruinas. El último caso, en la calle del Rincón, se produjo el pasado martes tras la declaración de una vivienda en estado de ruina inminente que, previsiblemente, arrastrará a las dos contiguas, también en pésimo estado de conservación.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico, Manuel Abad, manifestó su preocupación por la reiteración de cortes de calles ante la amenaza de derrumbamientos. Abad reclamó una "revisión integral" del barrio para detectar las viviendas en mal estado e instar a sus propietarios a consolidarlas. Añadió que a este problema se suma la presencia de solares donde proliferan "la suciedad, las ratas y la maleza".
Manuel Abad explicó que el corte de calles al tráfico rodado y peatonal complica la vida a los vecinos y a los conductores. A su juicio, buena parte de la culpa de la falta de renovación del parque de viviendas del Centro Histórico se debe a las trabas para demoler inmuebles y al actual parón del sector de la construcción, que ha parado en seco el proceso de sustitución de edificios.
La Asociación de Vecinos del Centro Histórico remitió al equipo de gobierno municipal un documento con un listado de una docena de edificios que, en su opinión, corrían riesgo de derrumbamiento o de desprendimientos. Entre ellos, figuraba la casa del Tozal que, poco tiempo después, provocó el corte de esta calle. La respuesta municipal fue, según el secretario de la entidad vecinal, Chabier Sanz, de "tranquilidad".

Inspección de casas antiguas
El teniente de alcalde y concejal delegado de Urbanismo, Jesús Fuertes, tras reconocer los problemas de conservación del parque de viviendas del casco antiguo, explicó que mantiene contactos con los colegios oficiales de arquitectos y aparejadores para colaborar en la implantación de la inspección técnica de edificios, que supervisará la habitabilidad y solidez de las construcciones con más de medio siglo de existencia. Fuertes explicó que la anunciada catalogación de edificios en mal estado se simultaneará con la inspección. Aunque en el caso de ciudades como Teruel la entrada en vigor de estos controles no es obligatoria hasta 2014, el concejal manifestó su voluntad de ponerla en funcionamiento en 2012. La mayor parte de las viviendas con más de medio siglo se concentra en el Centro Histórico, el Arrabal y San Julián.
Por otro lado, para atajar el deterioro del elemento más visible de los edificios y con más riesgo para los peatones, el Ayuntamiento estudia poner en marcha un taller de empleo de restauración de fachadas, una iniciativa que tuvo muy buena acogida en anteriores ediciones. La restauración de fachadas no tendría coste de mano de obra para los propietarios, que solo pagarían los materiales
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