miércoles, 18 de abril de 2012

Al rescate del mosaico perfecto. Meliana (Valencia)

El único escaparate a tamaño real que existe de la antigua Fábrica de Mosaicos Nolla desafía al paso del tiempo con la dignidad que regala el trabajo perfecto. Al visionario Miguel Nolla Bruixet se le ocurrió 'tunear' en Meliana una antigua alquería del XVII. Quería convertirla en un muestrario único de su trabajo, un catálogo viviente de una producción que marcaría un antes y un después en la fabricación de la cerámica valenciana y que admirarían 'in situ' los grandes personajes de la época como los reyes Amadeo I de Saboya y Alfonso XII, el general Prim o el poeta Querol.

Hoy quedan mosaicos Nolla por todo el mundo. Se pueden admirar en la Casa Batlló de Antonio Gaudí, Patrimonio Mundial de la Unesco, y en numerosos edificios modernistas de Barcelona o la Valencia del Ensanche. Palacios como el de la Exposición o el propio Ayuntamiento de Valencia conservan este legado tan especial que fabricó este ascendiente de la alcaldesa Rita Barberá Nolla.

Un equipo de investigación que está digitalizando, tesela a tesela, todos los mosaicos que se conservan en el Palacio Nolla, acaba de recibir el premio Europa Nostra de patrimonio cultural que organiza la Comisión Europea y la ONG Europa Nostra, presidida por el tenor Plácido Domingo. Este grupo multidisciplinar está decidido a luchar por el rescate y la declaración del palacio como Bien de Interés Cultural (BIC) para preservar un «conjunto único e irrepetible, una parte importantísima del legado de Nolla que forjó una empresa pionera en la II Revolución Industrial en España», explica Xavier Laumain, experto de ARAE Patrimonio y Restauración y responsable y coordinador de los trabajos.

Este edificio, que durante décadas pasó por varios propietarios y fue utilizado hasta de almacén, se abandonó definitivamente en 1979 dejando tras de sí cuatro siglos cargados de historia. «Es uno de los edificios más emblemáticos del esplendor industrial valenciano de finales del XIX y principios del XX».
Contó con los mejores especialistas en colocación de piezas cerámicas que dejaron para la posteridad trabajos «exquisitos que demuestran una perfección y acabados sorprendentes». La herencia dejada por aquellos maestros «mosaiqueros», una estirpe que hoy prácticamente está extinguida, la han puesto a prueba problemas estructurales, filtraciones, humedades y desconchados que han obligado al equipo de expertos a volver a montar sobre la pantalla de un ordenador los diseños que colman estancias, paredes, marcos, escaleras y la fachada.

A partir de documentos, planos, y el análisis de los 'grises' de antiguas fotografías se han recompuesto visualmente los mosaicos originales (algunos se conservan parcialmente) para poder trabajar después, en un futuro, sobre el palacio. La catalogación del inmueble, un objetivo acariciado desde hace tiempo por el Ayuntamiento, abriría la puerta a importantes vías de financiación, una de las claves para rehabilitarlo, ya que el coste de las obras se estima que supere los diez millones de euros.
1.600 obreros

Volver a montar este enorme 'puzzle' permitiría recuperar «parte de la herencia cultural y social de los vecinos de Meliana y, por supuesto, del resto de la Comunitat». Hacer del palacio un museo de la huerta, de la industrialización o la sede museográfica permanente del legado de Nolla impulsarían el uso cultural y compartido de un tesoro que cuenta la historia del pueblo de Meliana a través de una fábrica en la que trabajaron, en sus años dorados, hasta 1.600 obreros en un municipio que cuenta con poco más de 3.000 habitantes. «Todos los vecinos han tenido familiares que trabajaron aquí». Este estudio es también el inicio de un rastreo que va a seguir los pasos del legado de Nolla por todo el mundo. «Hay obras suyas en Moscú, Francia, Alemania, Austria, Cuba o Indonesia». Lo que puede dar de sí un mosaico.

*Esta noticia cuenta con un video

En esta entrada que realicé el 21 de marzo podéis encontrar más información e imágenes de este trabajo.

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