martes, 24 de abril de 2012

Gandía reparará este mes las humedades que producen desprendimientos en la Sue. Valencia

El Ayuntamiento de Gandía quiere acabar de una vez por todas con los desprendimientos que, desde el año pasado y de manera puntual, se están produciendo en la Colegiata de Santa María.
Este emblemático edificio del siglo XIV fue restaurado hace dos años. Sin embargo, se han detectado defectos de las últimas obras y problemas por la falta de mantenimiento que obligan a emprender nuevas actuaciones de manera inminente.

Durante estos días de Semana Santa, representantes de la empresa de rehabilitación; de la Fundación de restauración de la Seu; técnicos municipales; el arquitecto Alberto Peñín; y el concejal de Urbanismo, Toni Abad, han estado inspeccionando el monumento. La finalidad era determinar los motivos por los cuales de vez en cuando caen piedras pequeñas y arenilla y se producen goteras. Tras estas comprobaciones, se ha decidido que los trabajos para la reparación arranquen a mediados de este mes, una vez pasadas las fiestas.

Una grúa de diez metros
Los expertos, a finales de la semana pasada, se sirvieron de una grúa de diez metros, que lleva una cesta incorporada, para poder visualizar con exactitud de dónde procedían los desprendimientos y las humedades.
En primer lugar, se percataron de que había goteras en las capillas 9, 4 y 5 de la Colegiata. El constructor que se encargó de la restauración fue quien adquirió el compromiso de arreglarlas.
No obstante, se han detectado también otras humedades que han salido a la luz, pero no por posibles fallos en las obras sino por problemas de mantenimiento del edificio.

Los técnicos se han dado cuenta de que las bajantes de agua están obstruidas. Esta circunstancia ocasiona que en la cubierta haya humedades. Este fue el motivo por el cual a principios de junio del año pasado cayó un trozo de cornisa en la parte exterior del contrafuerte de la plaça Major.

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Todo ello, según coincidieron los responsables de la obra requiere un programa de mantenimiento del edificio que sea eficaz, ya que no sólo basta con emprender reparaciones puntuales. «Se trata de un monumento inmenso, de unos 800 metros cuadrados de superficie, por lo que no sólo es importante la rehabilitación sino también su posterior mantenimiento», remarcaron.
En tercer lugar, se analizaron las humedades del suelo y se llegó a la conclusión de que si no se actúa sobre ellas, siempre estarán ahí. De ahí la sensación de humedad que se tiene al entrar en la Colegiata.

Cristales rotos
Por último, los técnicos observaron también la capilla que está situada junto al campanario. Su cristalería lleva alrededor de cinco años rota, por lo habría que reponerla. Además, también habría que limpiar las bajantes de dicha capilla.
La última vez que cayeron cascotes fue el 17 de marzo de este año, en plenas fiestas falleras. En esta ocasión los desprendimientos se produjeron en el interior de la Colegiata, en la capilla de San Martín y en la puerta de Santa María.

Los hechos ocurrieron sobre las once de la mañana durante la visita de unos grupos de turistas. Además, durante esos días también volvió a salir la gotera de la capilla del Sagrario, así como otras nuevas en la capilla de San Antonio de Padua.

El 16 de junio del pasado año también se produjo un episodio de estas características. Afortunadamente, los hechos ocurrieron antes de la primera misa por lo que no causaron daños personales.
Cayeron pequeñas piedras procedentes del techo de la iglesia, en la capilla de la Virgen de los Desamparados, una de las laterales del interior del edificio.

Compromiso del alcalde
Ante ello, desde el Ayuntamiento de Gandia, el alcalde, Arturo Torró, ya aseguró que «evidentemente algo hay que hacer» porque «no tiene sentido que esté pasando algo así».
En esta línea, el nuevo gobierno local se comprometió entonces a resolver la situación e indicó que se pondría en contacto con Conselleria y Patrimonio para solucionar los problemas lo antes posible.
Mientras tanto, el abad de Gandia, Ángel Saneugenio, siempre ha mostrado su indignación al respecto. En alguna ocasión ha llegado a decir: «El que ha cobrado el dinero y se ha llevado las medallas, que lo arregle», afirmó.
El concejal de Urbanismo y Territorio del Consistorio Municipal, por su parte, destacó ayer el papel mediador que ha tenido el Ayuntamiento de Gandia para favorecer que se realicen actuaciones con la finalidad de frenar los desprendimientos en la Colegiata.
«Este es el primero de los muchos pasos que hay que dar para subsanar la caída de los cascotes», subrayó.

Las Provincias

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