El Arzobispado de Valladolid ha explicado este viernes que los daños estructurales que ha sufrido la Colegiata de Santa María la Mayor, que alberga el Museo de la Catedral, ya existían hace 25 años y que el problema no se ha ido agravando sino que "se han solucionado los problemas estructurales de la misma".
En un comunicado remitido por el Arzobispado, se explica que después de recabar los informes pertinentes del arquitecto Elesio Gatón se constata que estas grietas "ya existían cuando trabajó hace más de 25 años por primera vez en la Catedral".
Asimismo, el Arzobispado ha indicado que durante los últimos años "se ha hecho un seguimiento técnico del comportamiento de estas grietas" y que el arquitecto ha explicado que "no solamente no se ha agravado el problema, sino que en todo caso se han estabilizado los movimientos de la pared, y aparentemente se han solucionado los problemas estructurales de la misma".
Según el informe del arquitecto, se trata de una capilla funeraria gótica adosada a la fábrica de la colegiata "hoy casi desaparecida" y que las grietas se deben a un antiguo asiento en el cimiento de la pared que da a Portugalete.
A raíz de este asiento, esta pared ha perdido su trabazón con las paredes perpendiculares. Cuando se hicieron las obras de la plaza del Portugalete se dio orden de colocar unos testigos para poder comprobar y medir los posibles movimientos de la pared y seis años después "se comprueba que en alguno de los testigos no se aprecia ninguna fisura, y en otros las fisuras son mínimas y en todo caso son las normales en paredes de más de seis metros de altura sin ningún tipo de traba entre ellas".
"La grieta se convierte en una junta constructiva y de dilatación en la que se manifiestan los pequeños movimientos de las paredes, movimientos por otra parte totalmente normales", según el arquitecto Gatón.
EuropaPress
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