L’Hospitalet cuenta desde hace unas semanas
con una nueva entidad, Perseu, que nace con la voluntad de reivindicar y
poner en valor el patrimonio histórico, cultural y natural que
se conserva en la ciudad. La iniciativa nace a raíz de la plataforma Protegim el
Canal de la Infanta que ha trabajado para la conservación de
esta infraestructura de principios del siglo XX.
“L’Hospitalet
no tiene el mismo patrimonio histórico que ciudades como por ejemplo Tarragona,
pero también tiene cosas de valor que desgraciadamente no se han dado a
conocer, que han pasado desapercibidas y que son importantes para los vecinos
de la ciudad”, comenta el presidente de la entidad, Ireneu Castillo.
El responsable
de Perseu lamenta que “siempre se ha hecho creer que L’Hospitalet es una ciudad
dormitorio sin historia pero no es así aunque esta idea ha calado entre la
gente de fuera y también entre los propios vecinos de la ciudad”. “Es
fundamental conocer nuestra historia y el valor de nuestro patrimonio para
poder quererlo”, asegura Castillo.
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Los vestigios
históricos de L’Hospitalet se remontan a la época romana aunque la etapa de
finales del siglo XIX y principios del XX es la que ha dejado más huella en la
ciudad.
La fuente
de Buïgas
Uno de los elementos desconocidos de
la ciudad es, por ejemplo la fuente modernista que hay frente a la iglesia de
Santa Eulàlia de Provençana. “Es igual que la fuente de Montjuïc y también está
firmada por Carles Buïgas pero no ha tenido el mismo éxito que la de Barcelona
y, de hecho, se ha utilizado como una fuente normal y corriente”, apunta
Castillo.
El viacrucis
elaborado con baldosas y que representaba el calvario de Jesucristo que había
en la calle Major o el edificio del Coro de la calle del Baró de Maldà son
otros de los elementos destacados, según la entidad.
El edificio del Coro data de 1925 y lo construyeron paletas de la ciudad para dotar a la ciudad de un espacio en el que actuase un grupo de la ciudad. Posteriormente, durante el franquismo, acabó expropiado y convertido en una fábrica de plásticos. “Ahora está abandonado pero es fundamental en la historia de la ciudad”, considera Castillo.
El edificio del Coro data de 1925 y lo construyeron paletas de la ciudad para dotar a la ciudad de un espacio en el que actuase un grupo de la ciudad. Posteriormente, durante el franquismo, acabó expropiado y convertido en una fábrica de plásticos. “Ahora está abandonado pero es fundamental en la historia de la ciudad”, considera Castillo.
El objetivo de
Perseu, que toma su nombre del héroe mitológico que cortó la cabeza a la medusa
que convertía en piedra todo lo que veía y que se ha convertido en uno de los
símbolos de la ciudad, es elaborar un mapa con los diferentes intereses
patrimoniales de la ciudad. “Queremos L’Hospitalet menos urbanizada y más
respetuosa con el medio y con la historia”, asegura su presidente.
¡Increíble iniciativa! Es fundamental valorar y preservar el patrimonio histórico de L'Hospitalet, revelando tesoros olvidados que enriquecen su identidad. Esta labor de Perseu no solo rescata la historia, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de la rehabilitación de edificios en Barcelona. Revitalizar estos espacios no solo conserva la historia, sino que contribuye al desarrollo sostenible y a la conexión comunitaria. ¡Un paso significativo hacia una ciudad más consciente de su legado cultural!
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