martes, 14 de mayo de 2013

Artículo "San Pío V, un fracaso social".


Autor: J.R. Seguí

Esta semana el Ayuntamiento de Valencia firmaba la licencia de obras para que se realicen las únicas fases de rehabilitación previstas en el Museo San Pío V, un proyecto que lleva desde mediados de los noventa de cajón en cajón, de ministro en ministro, de conseller en conseller. Sin embargo, no hay dinero. Y pese a las firmas, las fotografías y las promesas, las obras no comenzarán hasta 2014. E irán lentas. 

Eso sí, será un proyecto cojo porque se han eliminado definitivamente algunos de los aspectos más interesantes que contenía el último diseño, esto es, el nuevo acceso por un sótano, los nuevos almacenes, las salas de arqueología, la recuperación del pabellón Benlliure, al que sólo en estos últimos años le han dado una mano de pintura, o la urbanización de su entorno. Todo aquello que le daba esplendor a la iniciativa y convertía al museo en un verdadero espacio de referencia, un museo con unas condiciones notables que hubiera estado a la altura o por encima de los de Bellas Artes de Bilbao o Sevilla y con un acceso inigualable desde los jardines de Viveros. Era una oportunidad.
 

Ahora nos conformaremos, como siempre hacemos, con la rehabilitación del antiguo hospital, el edifico noble, una restauración por otro lado obligada por las propias condiciones en que se encuentra el viejo edificio. Lo inicialmente previsto y tantas veces aparcado.

El fracaso del San Pío V no sólo es político o cultural. Es un fracaso colectivo de la sociedad valenciana que, como en otras muchas cosas, no ha levantado la voz en su defensa, salvo raras excepciones.
 

Hemos sido capaces de permitir años que nuestra pinacoteca se inundara, cayera agua sobre sus cuadros, las humedades afectaran a sus fondos, hubiera desprendimientos en su fachada, los almacenes no reunieran condiciones, las termitas camparan a su ancho, se derrumbaran sus muros, fotocopias en lugar de dípticos explicativos o no tuviera política de compras ni exista de exposiciones...de todo eso y mucho más sin decir nada. Y ahora nos volveremos a conformar con lo justo. Nos venden, además, que ha sido con el Gobierno central, presidido por Mariano Rajoy, cuando se ha conseguido desbloquear de verdad el problema patrimonial del museo sin que se contemple la pérdida de suelo público para los valencianos. Lo ha dicho el concejal de Urbanismo Alfonso Novo y lo ha rematado la consellera Catalá. Para que nos lo creamos. Como si no existiera memoria y la Historia se escribiera de un día para otro.

Ni los gobiernos socialistas„no me vale que al final de la legislatura de Zapatero se ofreciera 4,5 millones para ir tirando porque llevaba ya siete años en el cargo sin mover un dedo, aunque se hubiera avanzado„ ni populares„ que fueron los primeros en paralizarlo en tiempos de Esperanza Aguirre y Aznar cuando siendo ministra de Cultura Carmen Alborch lo tenía todo resuelto y bien atado„ han sido capaces de arreglarnos algo que como sociedad comprometida con el Estado merecíamos y mientras se contentaban a otras autonomías por cuestiones políticas con proyectos menos necesarios e inversiones millonarias.

Pero tampoco en todos estos muchos años ha tenido la Generalitat, cuya gestión museística tiene transferida, la valentía de reclamarlo para sí, tirar hacia delante y hacer propio un proyecto necesario, tanto desde el punto de vista social, como turístico o patrimonial. Sí ha habido dinero para restaurar todo el patrimonio posible de la Iglesia o para construir megalómanos proyectos multimillonarios con los que se podrían haber construido más de una docena de San Píos. Pero no para él.

Si como apuntan las quinielas el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, cae un día de estos, el que venga detrás es capaz de vendernos otra milonga. No sería la primera vez. Y, visto lo visto, seguiremos tragando. Es nuestro sino. Un signo de mediocridad.

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