lunes, 20 de mayo de 2013

Valencia. El estanque de la plaza de la Almoina se sustituirá por un lucernario piramidal.


La Generalitat Valenciana ha reconocido al Museu d'Història de València como uno de los museos de la Comunitat Valenciana. El reconocimiento llega diez años después de que este espacio, ubicado en un antiguo depósito de agua y también conocido como Sala Hipóstila, abriera sus puertas. 

Este museo municipal se encuentra junto al parque de Cabecera, en la frontera con Mislata. Sus responsables desarrollan una intensa labor de promoción para dar más visibilidad al museo cuyo entorno afean algunos solares y varias medianeras sin resolver. Entre otras iniciativas se ha promovido un taller de arquitectura con propuestas para la ampliación del edificio.

Según el anuncio de reconocimiento del Museu d'Història como museo de la Comunitat, el espacio reúne todos los requisitos para ser considerado como tal y cuenta con el visto bueno del Servicio de Museos y de la directora general de Cultura h. g.valencia

La lámina de agua central de la plaza del Centro Arqueológico de la Almoina tiene los días contados. La concejala de Cultura, Mayrén Beneyto, adelantó ayer a este diario que el estanque será sustituido por un lucernario de diseño piramidal que se espera que acabe, definitivamente, con la filtración de agua y las goteras en el interior del centro arqueológico, un problema que ha acompañado a este espacio desde su inauguración en 2008. 

El diseño de un lucernario en forma piramidal permitirá una mejor evacuación de aguas pluviales. Y es que el estanque, pese a que ya no se llena, sigue filtrando agua cada vez que llueve. El diseño en forma de pirámide tiene claras evocaciones con el acceso de la ampliación del Museo del Louvre, aunque tampoco faltan referencias piramidales en Valencia, muchas de ellas de la etapa del gobierno socialista de Ricard Pérez Casado.

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Beneyto explicó que "el ayuntamiento se ha gastado 50.000 euros en una maquinaria especial para intentar acabar con las humedades pero no ha funcionado". "Mi intención, si me autorizan, es quitar el agua y dejarlo como lucernario". "Hemos pensado en un diseño en forma de pirámide que no rompa la estética del museo", apuntó Beneyto. La concejala añadió que los técnicos municipales de la delegación de Urbanismo junto con los de Cultura "están viendo qué se ha hecho en otras ciudades" ante este tipo de problemas. La concejalía de Urbanismo se encargaría de acometer la construcción y mantenimiento del nuevo cerramiento, cuyo coste no ha sido concretado.

La urbanización del solar arqueológico de la Almoina, rebautizado como plaza de Junio Bruto, fue uno de los proyectos emblemáticos de Rita Barberá. En la nueva plaza que alberga las valiosas ruinas de la ciudad romana fundacional (138 a.d.C), se invirtieron un total 12 millones de euros, seis de ellos para acondicionar el museo arqueológico. 

El deseo inicial de la alcaldesa era construir una plaza acristalada pisable para contemplar las ruinas arqueológicas. El ayuntamiento llegó a contactar con el prestigioso arquitecto Rafael Moneo para realizar el proyecto, oferta que el autor de la ampliación del museo del Prado rechazó finalmente. La plaza acristalada fue aparcada por su complejidad técnica y falta de funcionalidad y dio paso a un proyecto firmado por el arquitecto municipal José María Herrera de plaza de obra dura con un estanque central de fondo acristalado que permitía ver las ruinas desde el exterior y a la vez regulaba la temperatura del museo.

El Centro Arqueológico de la Almoina aspira a ser un referente arqueológico y en breve se ampliará al conectarse al edificio del Punt de Gantxo. Su ubicación estratégica en un enclave monumental rodeado por la Catedral, la Basílica el Almudín lo convierten en un punto obligado de paso para los turistas.

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