martes, 16 de julio de 2013

Burgos. El 51% de los edificios del centro tiene deficiencias visibles desde el exterior.

El esfuerzo que las administraciones públicas han hecho en los últimos años en la regeneración del centro histórico a través de los programas ARCH, Urban o Catedral XXI ha supuesto una gran transformación de los edificios y de las infraestructuras y, por extensión, una mejora de la calidad de vida de los residentes.

Sin embargo, sigue existiendo un elevado porcentaje de inmuebles que presentan lesiones en las fachadas y cubiertas que pueden ser el inicio de otro tipo de patologías en el interior.

Un grupo de expertos del Máster en Inspección y Restauración, Rehabilitación y Eficiencia Energética de Edificios que imparte la UBU ha elaborado un catálogo patológico de los edificios del casco antiguo situados a la margen derecha del río Arlanzón (Catedral y alrededores, Arco de San Martín y Monasterio de San Juan), que pone datos a esta afirmación. De las 676 edificaciones analizadas, 346 presentaban alguna lesión, lo que supone un 51%. Las más importantes por este orden son: de acabados, las relacionadas con la humedad, las de estructuras (problemas de asentamiento y grietas), carpintería (miradores, galerías de madera) e instalaciones.

El equipo formado por Lorenzo González (arquitecto), Eloy López, Ramón Nebreda, Diego Pérez e Izaskun Uranga (ingenieros de Edificación) ha elaborado 289 fichas técnicas que incluyen una datos del inmueble (zona, uso, alturas, año de construcción, superficie, si está habitado o no, año en el que se ha actuado o no), una descripción (tipología estructural, composición de la fachada, tipo de cubierta, carpintería, grado de protección y una fotografía) y un estudio de las lesiones (tipo, causas y posible reparación). «La toma de datos se ha hecho desde el exterior porque no hemos entrado dentro. Lógicamente, la detección de patologías que se ha hecho está condicionada, pero son cosas que se ven desde la vía pública. El interior sería un paso posterior. Tampoco se han hecho catas o ensayos de ningún tipo», explicó Lorenzo González.

El trabajo de campo se realizó con un recorrido ordenado dividiendo esta parte del centro histórico en 12 zonas para realizar un primer análisis visual y posteriormente se estudiaron in situ las lesiones y se analizaron sus causas. También se han dividido los inmuebles dependiendo del año de construcción (anterior a 1800, entre 1800 y 1849, entre 1850 y 1899, entre 1900 y 1949, entre 1959 y 1999 y posteriores a 2000).

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Principales problemas
Las patologías encontradas más repetidas son: deterioro acabados (38%), humedades (28%), problemas estructurales (18%), carpintería (11%) e instalaciones (5%). Llaman la atención las lesiones en los acabados de las fachadas, que casi alcanzan el 40% y que causan fisuras, grietas, desconchados, fisuraciones en los morteros y sulfaciones o carbonataciones en los regimientos pétreos y de hormigón. La humedad también está presente en fachadas como consecuencia de los desperfectos en canalones o bajantes, de ahí la necesidad de programar labores de mantenimiento. «Hay muchas patologías estructurales, ello no quiere decir que los edificios se vayan a caer, pero en el estudio se hace una llamada de atención sobre el Arco de San Martín, que está muy deteriorado por el tráfico que se soporta e, incluso, planteamos una alternativa de trafico rodeándole por la calle de los Cubos y Barrantes», añadió.

El estudio califica su estado de «calamitoso» por tener descomposición de sillares por carbonataciones, descalces de pilastras y pérdida de masas.

Otro dato importante analizado en el estudio tiene que ver con la falta de seguridad que pueden producir las lesiones detectadas en fachadas y cubiertas para los viandantes, un 15% de las estudiadas pueden tener unas consecuencias negativas como son desprendimientos de canalones, de plaquetas, forjas de balcones oxidados, desconchados o vuelos de hormigón. En este sentido, los técnicos destacan la importancia y justificación de la Inspección Técnica de Edificios (ITC) impulsada por el Ayuntamiento comenzando por el parque de viviendas más antiguas, que precisamente constituyen el grueso de la zona estudiada y lógicamente las que más deficiencias pueden presentar.

Los autores también alertan de una zona tan emblemática como la Plaza Mayor, donde de los 21 edificios analizados, 16 de ellos (el 76%) tienen lesiones en fachadas o en cubiertas. Esta situación pone de manifiesto que la homogenización cromática y adecuación estética en las fachadas solo ha supuesto «un simple lavado de cara» y hubiera exigido una actuación «más ambiciosa».

El estudio concluye con propuestas para reparar las patologías, pero incidiendo en las causas que las han originado.
Diario de Burgos

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